. MATEMÁTICAS PARA POLITICOS EN EJERCICIO.
No tiene este
escrito otra intención que ayudar al prójimo en general, pues si bien es verdad
que quienes suelen cometer los errores que se citan son los políticos, también es
cierto que no resulta raro oírlos en cualquier conversación mundana.
Ojo
con cuánto giramos.
Es muy frecuente que
para indicar que alguien cambió, o va a cambiar de opinión radicalmente, se diga
que dio un giro de 180 grados.
Fenomenal si así es,
porque en efecto si alguien camina en una dirección y por lo que sea decide ir
en el sentido contrario, en efecto lo que hace es dar un giro de 180 grados.
Sin embargo no es
infrecuente oír a locutores tan entusiasmados que denuncian o anuncian giros de
360 grados.
Tal vez sea porque,
psicológicamente, a más grados más giro. Y en efecto así es, pero lo que ocurre
es que si giras demasiado vuelves a estar como estabas (mirando para el mismo
lado).
Así que no usen
ustedes el giro de 360 grados como sinónimo de nada que tenga que ver con un
cambio de tendencia.
Aunque en raras
excepciones si pudiera ser útil esa expresión; en el sentido de que si alguien da
un giro de 360 grados aunque vuelve a quedar como estaba, tal vez ahora esté
como estaba pero algo más mareado o aturdido.
Este podría ser el
caso de Don Pedro Sánchez, actual líder del PSOE.
Aunque es joven, durante muchos años perteneció al
aparato de su partido, aparato que tiene un marcado matiz socialderechista
(como lo tenía él que incluso prefirió gobernar con Cs en vez de con el rojerío).
Luego los avatares quisieron que fuera expulsado de dicho
sanedrín de manera ignominiosa (por el mal gesto de una gestora).
Eso le hizo dar un
giro de 180 grados (empezó a ir en sentido contrario) en su trayectoria, y radicalizando
su discurso con unos principios socialistas, ganó, entre los suyos, la Secretaría
General del PSOE, y luego gracias a Unidas Podemos y otros, la Presidencia del
Gobierno de España.
Sin embargo, una vez
Presidente de España, aunque sea en funciones, le ha dado una ventolera (que no viene a cuento
para lo que se cuenta) y ha convocado elecciones prefiriendo correr el riesgo
de que ganen las derechas, para ver si los resultados le permiten gobernar sólo,
o con la derecha en vez de con la izquierda.
Es decir, ha dado un
giro de 180 grados (de la izquierda a la derecha) que si lo sumamos a los 180 del
giro anterior (de la derecha a la izquierda) supone que Don Pedro en definitiva
ha dado un giro de 360 grados.
O sea ha quedado
como estaba, pero cual pato mareado (resucitando a Vox y aplicándole un “levántate
y anda” al PP).
Pero en fin, querido
político, salvo hiper excepciones como esta, nunca hables de giros de 360
grados.
Cuidado
con los elementos comunes de varios
programas.
Aquí el error que
se comete (y últimamente se le ha oído a gente muy preparada) es mezclar el bachillerato
con la literatura.
Hablamos de los célebres
Máximo Común Divisor (MCD) y Mínimo Común Múltiplo (MCM).
Le suenan al orador
las dos expresiones, y encima quiere poner énfasis al asunto.
Entonces y casi a
voleo, mete en el discurso la palabra “común” porque es muy bonita, para luego
acompañarla de lo que mejor le suena a él (porque le da más contundencia al
discurso).
En consecuencia,
nuestro líder propone alcanzar entre dos
(o más) organizaciones un acuerdo basado en un Mínimo Común Divisor de ambos
programas (o lo que es más disparate, en un Máximo Común Múltiplo).
Centrémonos en la
propuesta de lograr un Mínimo Común Divisor. De ella debemos deducir que se
trata de decir que ambos partidos cojan las cosas que están en los dos programas
(las comunes) y ya.
Pero ¿por qué añadir
lo del Mínimo? Será por aquello del programa máximo o el programa mínimo de una
propuesta electoral; pero desde luego matemáticamente es un disparate.
Recordemos qué era
el MCD.
Para hacerlo fácil
supongamos que tenemos 2 números.
Ahora hayamos todos los Divisores de cada uno. Naturalmente
esto Divisores, por serlo, son números más pequeños que los 2 que teníamos al
empezar.
A continuación el
juego consiste en encontrar los que son comunes (los que son a la vez divisores)
de los 2 números.
Estando la gracia
del juego matemático en coger luego, de esos comunes, el más grande (por eso se
llama Máximo, y por eso se llama Común y por eso se llama Divisor).
Por tanto hablar del
Mínimo Común Divisor no tiene razón de ser (por cierto que el Mínimo Común
Divisor de cualquier serie de números, siempre existe, y es el número 1 puesto
que el 1 es divisor de cualquier número, ya que cualquier número divido por 1
da exacto).
Y para acabar
repasemos qué se dice cuando se dice el Máximo Común Múltiplo (que es un disparate
mayor que el ya comentado).
El Mínimo Común Múltiplo
es un número que se busca así. Supongamos que tenemos 2 números y de ellos
queremos hallar el MCM.
Primero se buscan
todos los múltiplos de ellos (que son números más grande que ellos, claro)
Luego, de entre
ellos, cogemos los comunes (los que son a la vez múltiplos de los 2 números), y
ya tenemos los múltiplos comunes.
Por lo tanto, si
ahora queremos hacer algo sensato, lo que buscaremos es el más pequeño de esos múltiplos
comunes (el mínimo).
Y ¿por qué se busca
el Mínimo y no el Máximo? Porque el Mínimo se puede encontrar ( y el
localizarlo sirve para algo). Pero el máximo nunca se encuentra. Sería como
viajar al infinito. Nunca se llega.
Recuérdese que los múltiplos
de un número, por ejemplo del numero X se obtienen multiplicándolo sucesivamente por 1, por 2, por 3, por 4…… Es decir, el último
no existe.
Resumiendo, querido político,
si quieres decir que un Gobierno de Coalición debe tener como Programa Mínimo
los puntos de coincidencia (los comunes) de ambos programas, pues dilo, pero no
añadas ni la palabra Múltiplo, ni la palabra Divisor, porque eso es erróneo la
mayoría de las veces.
Paco
Molina. Zamora. 27 de Octubre del 2019.
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