martes, 22 de octubre de 2019

LA POLICÍA ES EL PARARRAYOS DE LOS PODEROSOS.


LA  POLICÍA  ES  EL  PARARRAYOS  DE  LOS  PODEROSOS.

Cuando el Gobierno de EEUU mandó tirar la primera bomba atómica (sobre Japón) en el año 1945, a nadie se le ha ocurrido decir que los culpables fueron los tripulantes del avión que la transportó hasta el lugar malditamente  elegido.

La tripulación cumplía órdenes.

Eso ocurre ante cualquier actuación de las fuerzas del orden de cualquier país, sean policías, guardias civiles, o ejército si se tercia.

Viene esto a cuento, como ya ha averiguado su inteligencia querido lector,  del juicio al que estos días está siendo sometida la actuación de la policía en los sucesos de Cataluña (fundamentalmente en Barcelona).

Unos dicen que se han pasado en dureza y otros que han sido blandengues para lo que merecen los separatistas (radicales).

Es decir el problema suscitado en Cataluña está siendo eclipsado por el debate sobre los tremendos, deplorables, condenables y condenados actos de las protestas salvajes de unos violentos (que organizados o no) convirtieron a los policías en su demencial objetivo (siendo lo de menos que los vieran como fuerzas de ocupación o se tratara de vengar lo ocurrido el 1.O).

Con lo cual, ha pasado lo que es históricamente costumbre, que el Poder, que es el que crea los problemas siempre, utiliza a las  fuerzas con armas como pararrayos que se lleve lo peor de la tormenta de turno (mientras él queda a salvo).

Consistiendo la trampa (de los Poderosos) en lograr que se acabe hablando de si esos trabajadores que se ganan la vida sirviendo al orden, se han pasado o se han quedo cortos.

Trato de ponerme en el pellejo de cada uno de ellos: Tal vez su pensamiento sea parecido a éste:

 “Estoy tan protegido que casi no veo a mi alrededor. Independientemente de que me dijeran que sea contundente o no, la reyerta (o la batalla campal) siempre coge unos derroteros impredecibles en lo personal. Si soy blando, qué dirán mis compañeros, y mis jefes, ¿Y qué será de mi; será consciente el alborotador de mi grado de prudencia o me atacará especialmente y con saña, por ser un flanco débil?.

“Si me dan una pedrada, y el dolor me cabrea y espolea, ¿me paso si pego unas hostias para meter el miedo en el cuerpo al manifestante y que acabe eso cuanto antes?”

Que en todo colectivo, por probabilidades (y ahora no hablo únicamente de fuerzas armadas) haya algunos sádicos a los que les guste el dolor ajeno, no explica la angustia de reprimir a los tuyos (al pueblo) pues esos retorcidos son una minoría insignificante.

Es obvio, sin ser un experto, que en Barcelona el día del pseudo referendum del 1.O quien dio la orden de cómo debía actuar la policía se pasó, y los agentes se limitaron a cumplir lo mandado (que de lo contrario se la cargaban ellos en cuanto a su trabajo se refiere).

Y es elemental que en los disturbios de estos días (octubre del 2019) las órdenes de quien corresponda fueron de que se limitaran a la contención.

Debiendo quedar claro que el culpable es quien da la orden, Y yo diría que ni siquiera la técnica y concreta, si no la orden política.

 Hay un policía en peligro de muerte (que no ocurra). Pero ¿Merece la pena, la muerte  de una sola persona por no querer negociar, en este caso, el problema catalán?

Sobre la sentencia del procés es impepinable que lo mismo que  se les condenó a sedición (era evidente que golpe de estado no hubo) se les pudo no condenar a ello, pero claro eso hubiera supuesto la dimisión/abdicación del Rey, que aunque según la Constitución reina pero no gobierna, en el año 2017 dio un discurso sobre el problema catalán más digno de un gobernante cabreado que de otra cosa.

En consecuencia, por más que queramos auto engañarnos, el asunto de Cataluña está peor que antes.

Y ¿cuál es el asunto catalán?.

1º.-Que allí hay un número importante de personas (de momento menos de la mitad según todas las elecciones de esas circunscripciones) que consideran que si vivieran al margen de España aplicarían otras políticas y todos vivirían mejor (lo dicen así de claro).

Incluso sectores de la izquierda dicen que el independentismo es un movimiento de la burguesía catalana.

2º.- Y por otro lado están los españoles que consideran que si Cataluña se va de España todos íbamos a perder riqueza (o sea, que también los anti independentistas tenemos sentimientos económicamente egoístas).

Pudiendo decir, por lo tanto, que en este bando también está la burguesía española.

Pero si es así, y así parece que es, en definitiva estamos ante la típica lucha de la burguesía de un territorio contra la de otro.

En una confrontación que, como afortunadamente Cataluña no tiene ejército, sólo se está dilucidando a nivel de policía contra una juventud desesperada  (no por la independencia sólo, si no también por su nulo futuro. En una reacción algo parecida a lo ocurrido estos días en Chile donde muerto el perro, el valor incrementado del billete de metro, no se acabó la rabia, y sigue la rebelión).

Resumiendo: La burguesía española quiere resolver su batalla económica contra la burguesía catalana, usando trabajadores (la policía), al tiempo que en Cataluña hay un ejército irregular que por las noches, y al margen del movimiento pacifista, trata de desahogar algo más que una rabia territorial.

Trabajadores pues (la policía) contra otros trabajadores (sin trabajo o con trabajos precarios, o sin futuro). Haciéndose daño físico unos contra otros.

Y las burguesías de ambos bandos, sin querer dialogar, y felices porque vienen unas elecciones y así, hablando de quienes fueron más malos dando palos, tal vez, los españoles (todos) voten, en vez de para resolver sus problemas, para resolver el problema, o de la burguesía española o de la catalana.

Paco Molina. Zamora. 22 de Octubre del 2019




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