Mientras, y cuando el ser humano y la Tierra ya producen lo suficiente para poder llevar todos una vida sana y digna [y luego que cada uno use de la libertad como le venga en gana] sin embargo niños, mujeres y hombres, mueren o en guerras de sangre y egoísmo, o de hambre sin sentido o de miseria acumulada o de simple maldad.
Por eso hoy el canto por la paz y el desarme debe ir en los programas de gobierno alternativo: hay que reducir el número de armas y el número de militares; hay que suprimir los bloques armados.
Sólo así las probabilidades de paz aumentaran y sólo así, importantes cantidades de dinero se podrán destinar a dar al pueblo una base material suficiente para que luego cada uno pueda buscar el cariño de lo que le rodean, la sonrisa de un niño y eso que llaman amor.
En la actualidad eso no es posible para todos porque, lo mismo que incluso los que vivimos en un mundo desarrollado, cuando nos duele una muela no estamos ni para sonrisas, ni niños, ni amores, hay en el mundo y [hay] en nuestra sociedad personas que están privadas de toda posibilidad de disfrutar de las cosas porque viven problemas materiales graves creados por la indignidad social.
La lucha por el desarme y la paz puede ser la más difícil por la oposición firme que adoptarán los poderes fácticos armados e industriales, que uniéndose a los trabajadores de los centros de producción de armas, pueden buscar tensiones de amedrentamiento.
Sin embargo, si ya no existe o si simultáneamente se está combatiendo y venciendo, a la estructura generadora del paro, la batalla se puede ganar democráticamente pues la ética del pacifismo está impulsando cada vez más a la sociedad y entre las nuevas generaciones ha surgido una nueva valentía, la de reconocer que se tiene miedo a morir y a matar por orden y a beneficio de unos pocos que , además, al final nunca pierden ninguna guerra.
< La violencia es la partera de la historia>, pero no toda violencia significa parto y además, ya se ha inventado el parto sin dolor, debe pregonar el alegrecomunismo.