LA RAYA
Resultó ser la huelga general, como esas cosas clave que no dejan margen para la máscara, y hasta el más cara, se la tiene que quitar, porque, ¡es mucho lo que se juega!
Otros momentos de la misma envergadura pueden ser: la energía nuclear, los impuestos y lo fue la guerra del Golfo.
La huelga general hizo que en el suelo apareciese una raya y que las gentes se pusieran donde les correspondía (excepciones dubitativas al margen).
Así, se vio que quedaron al mismo lado CEOE y PSOE, PP Y PNV, CiU, CDS y etc.
Y del otro lado estuvieron los que cuando hay guerra son carne de cañón y cuando hay paz son carne de agujero.
Con sus salarios tienen que dar de comer a su familia, pagar impuestos y tapar agujeros (ahora era el del Inem, otro día fue el de la banca, mañana será...).
Y junto a estos pringaos también se pusieron las personas solidarias, que las hay, solidarias y lo suficientemente inteligentes como para darse cuenta de que mañana pueden ser ellos los acusados de causar un nuevo agujero, y que de lo que hoy se libraron mañana no les libra ni Dios.
A parte de lo que la huelga produzca en la negociación concreta, ha dado ya un fruto jugoso, ha hecho aparecer una raya en el suelo y ha puesto a los conservadores y a los que quieren estar con ellos en un sitio, y en el opuesto, a los malos, a los causantes de todos los males del país, al pueblo llano y liso: a los que están arruinando a la Seguridad Social porque gastan mucho y tontamente en medicinas, que quieren ganar más, que piden indemnizaciones porque les despiden, que faltan al trabajo, total porque están enfermos, que prefieren estar en el paro porque es un chollo, que quieren cultivar espárragos en vez de irse a freír espárragos, etc, etc.
La huelga general es una de esas cosas serias que no permiten jugar a oponerse al Gobierno y por eso CEOE, PP y PSOE se agrupan en un todos para uno, uno para todos. ¡faltaría más!
Pero lo más chocante (que produce choque) es que en Zamora, esas fuerzas vivas que se pasan la vida llorando (lágrimas de cocodrilo) sobre nuestro futuro, y lo mal que nos va y lo peor que nos viene; a la hora de la verdad (de uno de esos momentos de la verdad de la vida de los pueblos) como lo fue éste de la huelga general, hayan reaccionado apoyando la política económica del Gobierno y hayan despreciado la posibilidad de ser solidarios.
Y eso es grave, porque la receta económica conservadora que aplica el no menos conservador Gobierno, se basa en tapar los agujeros sociales quitando lo social y los agujeros del despilfarro o la incompetencia congelando salarios, es decir, su obsesión es mantener solo lo que produce rentabilidad monetaria.
Así las cosas, Zamora tiene por fuerza que estar en el punto de mira de la escopeta del poder, somos un animal herido y preferible resulta el rematarlo.
Zamora es también un agujero (como dicen que lo es el Inem) aquí gastamos más de lo que producimos.
Aquí no compensa invertir (según las tesis conservadoras). Les sale mejor hacernos emigrar por las buenas (o sea que libremente se vaya la gente a buscar la comida a otra parte).
Eso por un lado (el apoyar esa política) hizo que no estar por la huelga en Zamora fuera pecado.
Pero por otro, al no unirse a ella por solidaridad se ha negado, se ha repudiado y ofendido al único sentimiento humano por el cual podemos pedir que el Estado invierta aquí: ¡Por solidaridad!
Si no ¿de qué? O es que compensa meter una autovía por estas tierras, o es que compensa tener escuelas para 15 niños, o es que compensa cualquier cosa.
Desde el punto de vista de tapar agujeros sociales, un día vendrán a tapar Zamora.
Aquí lo rentable, en lenguaje de ellos, es un cementerio nuclear.
La raya en Zamora ha dejado claro que algunos se quejan de vicio.
FRANCISCO MOLINA .EL CORREO de Zamora VIERNES 12 DE JUNIO DE 1992