domingo, 29 de marzo de 2020

Polémica sobre el clítoris



EL CABALLITO DE MAR

Si hay alguna cosa, algún ser, algún ente en el universo, que resulte fascinante, sin duda es la mujer, hembra de la especie humana.

Bien es verdad que como todo ser sometido, sojuzgado y explotado, ha tenido que desarrollar mecanismos de defensa para vivir, para subsistir y para ser feliz, siendo uno de ello su capacidad para mentir.

Pero más verdad es que los hombres mienten sin necesidad de esas mentiras.

Las mujeres si mienten es para que las cadenas sociales no les maten el alma, que en su caso llega hasta las uñas de los pies; mientras que los hombres si mienten es para engañarse así mismos, para ser soportables ante ellos mismos cuando el espejo les devuelve su imagen.

El alma del hombre es como un hilo de vanidad, más o menos largo, es decir, algo lineal, sin matices, o con matices que él mismo ahoga en busca del éxito social, al que cree que se ve impulsado tal y como están las cosas.

Pero, algo sublime debe tener la mujer cuando la naturaleza le ha dotado de un órgano pura y exclusivamente para obtener placer: su clítoris.

En el macho de la especie, el pene es un órgano trifuncional, órgano para la excreción, para la eyaculación y para el goce; mientras en las mujeres, su suave clítoris no tiene otra función que la de elevarla a la gloria de la entrega, o de la fantasía, o del estallido en estrellas, o todo a la vez, o nada a la vez, porque…¿qué es el placer?

No hablamos de la mujer excitante, hablamos de lo excitante que es el que toda mujer tenga una parte de su cuerpo con la única y exclusiva función de darle placer. ¿Por qué es así? ¿Qué pretende la naturaleza de ellas?

Allí, como en un templo sagrado, rodeado de misteriosos pliegues, en la parte más íntima de su ser, donde todo es bello y subyugante, está él.

¿Habrá algún otro órgano en el universo cuya única misión sea dar placer a su dueña?

Si sólo las mujeres tienen ese órgano especial, ¿por qué?

Te amo, mujer.

Réplica a mi escrito anterior

CONTRA EL CABALLITO DE MAR

Al Sr. Clitor:

Desde luego muchas veces, tal vez demasiadas, se mezcla el tocino con la velocidad.

Demasiadas veces hemos tenido ocasión de ver cómo se puede llegar a unas conclusiones a partir de unos supuestos distintos, sobre todo cuando se tratan temas como la religión, la patria... o el sexo.

Pero, un artículo como "caballito de mar" y encima en La Carpeta es que sorprende al más pintado.

Ese artículo me parece, desde mi óptica de mujer (y no precisamente conservadora) una autentica idiotez.

La primera parte son una serie de disertaciones acerca de la capacidad de mentir en las mujeres y allí se dicen verdades como la copa de un pino.

Es cierto que a la mujer se le ha obligado a disimular, a mentir por sistema y a ser bandera de la hipocresía.

Pero, una vez sentado esto, decir: "algo debe tener la mujer cuando la Naturaleza le ha dotado de un órgano, pura y exclusivamente para obtener placer: su clítoris", es absurdo.

Son dos temas totalmente distintos, Tito.

Puedes hablar de la realidad sociocultural e histórica que lleva a la mujer a desarrollar su capacidad de mentir y otro tema, muy distinto, es hablar de la función del clítoris en el cuerpo de la mujer.

Con dos artículos separados habrías creado un alegato feminista, en el mejor sentido de la palabra.

Así, desde luego, resulta realmente insultante y ofensivo, sobre todo para aquellas mujeres que no nos asustamos ante cualquier cosa y creíamos ver en "La Carpeta" un periódico progresista y liberal.

Se puede hacer una columna "picantona" con mucho mas gusto, si es que hiciera alguna falta claro!.

Porque así, la verdad, es que parece que tienes la necesidad de meter un poco de erotismo barato para que el macho que lea esta revista se sienta un poco satisfecho (tipo Interviú en menor escala) o tal vez tenías que llenar un espacio, sin más.

C. Lopez

Respuesta del Director de la Carpeta a la lectora ofendida

NOTA DEL DIRECTOR.

Querida Charo:

En primer lugar yo no escribo las columnas de Clitor y como director respeto hasta la última coma de mis colaboradores.

En segundo Lugar entre el alegato feminista y un articulo picantón, prefiero lo último.

Se lo diré a Clitor para que se olvide del feminismo la próxima vez.

Besos de Tito.

Contrarréplica mía a la lectora y su crítica , que por cierto creo recordar que luego nos conocimos y fuimos, y somos , buenos amigos, aunque ella no vive por aquí y solo nos vemos de mil en mil días

EN DEFENSA IMPROPIA

Querida desanimadora C. Lopez:

Resulta que está un servidor (a tu servicio) tan tranquilamente, esperando que miles de féminas vengan a los locales de LA CARPETA para sacar a Clitor en hombros por la puerta de la traición, en justo pago por el articulo "El caballito de mar", y me sales con que te parece una idiotez.

El problema está en que cuanto más lo releo más me gusta; creo que es una maravilla que debía convertirse en el artículo de cabecera de todas las mujeres habidas y por haber.

De todas formas recojo tu idea de que a lo mas casual hubieran quedado mejor dos artículos que uno y procuraré complacerte.

Respecto a la velocidad y el tocino, creo que ya es hora de que los relacionemos, pues no en vano el tocino produce colesterol y éste influye en la velocidad de la sangre.

Y por ultimo quiero agradecerte que hayas analizado mis escritos..... sinceramente me desmoralizaba que solo los estudiaran funcionarios sin nombre... como se ha dicho en el congreso de los diputados, bajo palabra de honor.

Gracias por la crítica.

CLITOR (Paco Molina). LA CARPETA. 1984

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