lunes, 23 de marzo de 2020

EL DÍA DESPUES …¿DE QUÉ?



EL DÍA DESPUÉS …¿DE QUÉ?

-Oye Gobierna, la píldora esa del “día después”, es del día después ¿de qué?.

-¿La que se toma para no quedar embarazada?

—Sí, esas, ¿cuándo se toman?, ¿después de hacer el amor o después de saberte embarazada?

--Qué borrico eres Peromato. Se llama la pildora del día después... de la juerga.

—Pues a eso quería yo llegar.

-¿A que no es por tanto abortiva y si sólo preventiva?

—No, eso da igual, a lo que quiero llegar es al peligro que esa píldora supone...

 —No digas bobadas, esa píldora está bien testada, es decir estudiada, y es sana.

 —No, no, si eso no lo niego; lo que quiero decir es que ahora que muchos antiprostitución están tan ilusionados porque van a acabar con la profesión más antigua del mundo persiguiendo a los clientes pues lo van a tener difícil.

 —Ya me dirás por qué.

—Imagina que tu eres puta y yo tu cliente.

 —De acuerdo; venga, cuéntame tu vida.

 —¿Qué dices?

—Según las propias prostitutas, la mayoría de los clientes se limitan a contar su vida ¿no?

—Sí, son como psicólogas, además de orgasmoterapéuticas. —

-Pues como persigamos a los psicólogos, confesores y demás consoladores del espíritu, aviados estamos.

 —Son como un muro de las lamentaciones en caliente o un muro caliente de lamentaciones.

-Sí, pero cuéntame de una vez la conexión entre la píldora del día después, el cliente y la imposibilidad de acabar con el trabajo sexual, forzoso o vocacional, según los casos

 —Voy con ello: Tú eres la fulana y yo el cliente. Está claro que antes del magreo no nos pueden detener porque te puedo estar preguntando la hora.

—Por supuesto, solo es posible ponerte las esposas cuando me estés pagando.

—Y entonces yo les digo a los probos funcionarios: Señores policías, es una amiga, hemos estado yaciendo juntos, claro, porque está muy buena, y ahora simplemente le estoy dando unos euros para que se compre la píldora del día después.

 —Que son 20 euros.

—Claro, y aunque se la tome la chica lo lógico es que, al menos la mitad, la pague el chico.

 —Pero yo soy de lujo y cobro más de 20 euros.

—No hay problema, en el fondo sólo pretenden perseguir a los clientes de las callejeras, a la gente del pueblo, que los pudientes, lo que es a ellos na de ná, que, como siempre, tendrán lo que quieran.

—Ah, pues teniendo en cuenta que las de las esquinas son baratas, si puede colar lo de la píldora del día después.

-Claro, porque además no vas a ser un tacaño, y si la juerga con el ligue va a durar una semana, qué menos que darle para la píldora del día después lo de los próximos los 7 días.

 —Ya pero cuando sea una mujer la que use a un playboy, cosa que cada vez se lleva más, a ver cómo explica a la pasma que le está dando al chico una propina para la píldora del día después del puto.

—En eso tienes razón, pero es el sino de las mujeres, correr con la peor parte de las leyes.


FRANCISCO MOLINA  La Opinión de Zamora. 2007 o por ahi


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