CON EL MAZO DANDO
Al patrón de la ciudad es al que hay que pedirle las cosas, y para tenerlo contento, las fiestas (sus fiestas) deben ser las mejores del mundo, pues así se sentirá satisfecho y satisfará todas sus súplicas.
Pero...”a Dios rogando y con el mazo dando”.
Así que por tanto y aunque no es la época aquí sigue “un plan de desarrollo”.
Si éste, el desarrollo, lo definen como la mejora de las condiciones materiales de una sociedad, que luego repercuten, lógicamente, en la mejora de la calidad de vida de sus integrantes, al menos ya se sabe lo quo se quiere.
Y ello es, para cada persona: trabajo, vivienda, educación, sanidad, ocio y posibilidad de elegir libremente estar o no aquí (es decir que no le obligue el naufragio a emigrar).
Bien, pues para eso son necesarias cinco cosas:
1.- Líderes para este pueblo: que sean creativos, combativos, inteligentes y con capacidad de trabajo.
Y ello porque no basta una tierra rica para que haya desarrollo. Si la tierra es pobre, son entonces más necesarios pues hay que pelear por ella ¡exigiendo solidaridad!
Esas personas han de coordinar el esfuerzo común y hacer un proyecto global.
En Zamora no se está contando con este factor que reclama el desarrollo.
2. Añádese a lo anterior, el convencimiento de que solo con una política de solidaridad es posible la esperanza de Zamora; es decir, la concepción capitalista de las cosas, cada vez marginará más esta zona, ya que solo piensa en términos de rentabilidad económica.
Es la solidaridad la salvación; o por contra la apuesta del capital chupa sangre, para lo cual se tendría que ofertar aquí una mano de obra superbarata, que aceptara trabajar por menos del salario mínimo, etc; para llegar así a ser una pequeña Corea del Sur o un Hong-Kong.
Mas ¿es eso desarrollo? ¿de quién?
3. Otra cosa a tener es “capital humano”, es decir un pueblo capaz (con preparación cultural, técnica y para el trabajo).
Esta condición, necesaria para el desarrollo, no se da en todas partes, pues en otras latitudes puede existir una fuerte tasa de analfabetismo, o falta de preparación de las gentes, o una tendencia a la holganza debido al clima u otras razones negativas.
En Zamora por suerte si se cuenta con el conjunto social personas- con potencia técnico cultural y humana que permita cubrir ese factor
4. Siguiendo con lo que hay que tener para caminar por el desarrollo o hacia él, se llega a algo irrefutable, la necesidad de capital monetario (o sea dinero).
Ello es imprescindible para poder poner en marcha los distintos proyectos.
Naturalmente, si el país o la zona es “pobre” no cuenta con ese dinero.
¿Cómo lograrlo? ¡Ahí surge la política! Si se defiende como principio social la solidaridad, Zamora tiene arreglo; de lo contrario, no.
La razón está en que ese dinero no puede provenir solo de préstamos, que no dejan de ser aspirinas que alivian el tumor pero no lo detienen en su crecimiento negativo.
Ese dinero debe ser cedido (en base a proyectos) sin más, o sea a fondo perdido. Ese capital para invertir provendrá del reparto que la solidaridad exige entre las zonas ricas y las zonas pobres
Para lograr ese dinero es para lo que debe haber buenos líderes políticos como se decía.
Dentro de esta cuarta condición para avanzar por vías de desarrollo y en la búsqueda de ese dinero imprescindible, debía crearse una Ley de compensación (o algo por el estilo) para evitar que los bancos (y cajas) saquen el dinero de aquí completamente gratis.
De la misma manera tal vez habría que ver cómo (¿mediante un impuesto de origen?) quedarse con parte del valor añadido que se embolsan las compañías eléctricas en los pantanos de la tierra.
Este cuarto punto es otro que Zamora no tiene resuelto.
5. Y por último, para arrancar (a otro ritmo más vivo en el aspecto económico), habría que considerar unas cuantas cosas concretas, unidas todas por el factor común de la venta.
¿Qué se puede vender desde aquí?:
– Habría que vender productos de la tierra comestibles y de calidad (cultivados-elaborados-envasados y comercializados aquí).
– Se puede vender también creatividad (cerámica, arte, cultura propia,...).
– Se venderían, asimismo, monumentos y tranquilidad (turismo sostenido).
– Hay que ofrecer también focos temporales de atracción (Semana Santa, y otras fiestas a potenciar).
– Se vendería educación (carreras y estudios de todo tipo. Las y los más posibles. No hay que olvidar que la población estudiantil, quedando aquí, retiene dinero y atrae dinero)
– Hay que vender por supuesto vacaciones (Lago de Sanabria, aldeas,...)
– Y también y no olvidar, vender sin vender suelo. (Se trata de ofrecer gangas a las empresas, pero con fuertes condiciones que eviten instalaciones meramente especulativo-urbanísticas, es decir, que se podrían ofertar suelos para determinada actividad, pero sólo en usufructo y condicionados en tiempo a que en efecto la empresa trabaje en aquello para lo que solicitó el terreno).
Sin esto, que a quien Dios se la de San Pedro se la bendiga.
FRANCISCO MOLINA. El Correo de Zamora. 29 de Junio de 1991
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