martes, 19 de noviembre de 2013
(((Escrito en la época del comienzo de Zapatero. Cuando sus ministras se hicieron una foto en VOGUE...y aún vigente))
ESCAPARATES ANDANTES
¡Chapeau! Hay que quitarse el sombrero ante la valentía de las ocho ministras socialistas que han demostrado que una obrera también puede tener ese glamour de las ricas, simplemente tras una preparación previa de nueve horas, maquillajes adecuados aplicados por expertos, y ropas de mucha marca. Si habrá quedado bien la demostración que todas, hasta los casos más difíciles, mejoraron un montón.
Ante esto se pueden hacer varias lecturas. Una que derive hacia la moda enlazando con la campaña “ZP” que vendía muy bien pues recordaba el lanzamiento de una marca de calzoncillos. (Esperemos que sean simples calzoncillos y no se conviertan en calzonazos de políticas belicistas, como es el envío de tropas a Afganistán). Otra lectura apuntaría a si la sorpresa de la legislatura no será el que corra a cargo de la Seguridad Social, para las no pudientes, el maquillaje, el vestuario, etc.( Que por lo que se ve, “sí hace al monje”). También podría ser que, interpretado “el Código da Vinci” de que la de Sanidad- un descubrimiento- está en un sofá, eso suponga el final de las camas cruzadas en el Virgen de la Concha incluido el regalo de una manta, eso sí, zamorana.
Mas, dejemos esos hilos conductores para los expertos y fijémonos mejor en un detalle. ¿Por qué las hembras del animal humano visten llamativas o al menos más sugerentes, que los machos?
Los biologistas dirán que como la mujer es pasiva por naturaleza, pero necesita ser cubierta (por culpa del presunto instinto de reproducción de la especie) tiene que lucir sus encantos para atraer al mayor numero de hombres, a fin de poder escoger (mediante el sistema de “reservado el derecho de admisión”) a quien mejor pueda proteger a sus hijos. Mediante matrimonio previo, que por lo visto eso es lo que pide el cuerpo según los documentales sobre animales, que nos cuentan cosas increíbles para que case el fuego con el agua.(¿Por qué nos hablan tanto de los Gorilas y Orangutanes, meros primos nuestros, y tan poco de los bonobos, nuestros hermanos mellizos?)
No explica muy bien esta teoría “por qué una vez reproducida la especie” ella sigue siendo o buscando ser, en el vestir y el adornarse, más llamativa que el hombre. Aunque en este sentido cierra el circulo del razonamiento la Psicología, diciéndonos que es simplemente, “para sentirse a gusto con ella misma”.
Pues bien, para sentirme a gusto conmigo mismo, pongo sobre la mesa otra versión.
Cuando los homo-sapiens, descubren que los hijos, en vez de venir de Paris, venían de la orgía, las hembras deciden cambiar las normas de las juergas puesto que era a ellas a quienes perjudicaban. Ante esto bajó la natalidad. Entonces, los machos, con la coartada de que era mejor ser muchos en la tribu, “inventan la propiedad privada” por la cual, cada hombre tendría a su disposición, como mínimo una mujer. Conseguir imponer esta forma de convivencia social era fácil, bastaba con ser un poco bestia e inventar una ideología. Ha nacido el machismo. (Que si será poderoso, que ni la más feroz feminista osa decir “gracias a Dios-Diosa”). La mujer pasa a ser objeto, puesto que será vendido por su macho dueño-el padre- a su macho marido-quien la compra-. Las no compradas por nadie para siempre, pasarán a ofertarse a que las compren todos por un rato. Nace el oficio más viejo del mundo.
Como se ve en ambos casos tener el mejor aspecto posible se convierte en necesario. Nace la cultura de la estética femenina. Pero las cosas van cambiando, y entre que nadie quiere ya saber nada de cómo surgió el matrimonio, y que los hombres cada vez buscan más ser también “escaparates andantes”, no sabemos por donde andamos (salvo en las Pasarelas Fashion que ya van por las transparencias).
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