LOS VASOS COMUNICANTES DE LA HUMANIDAD.
Nos contaban en la escuela que cuando en un sistema de vasos que se comunicaban entre sí, aunque fueran de distinto tamaño por altura o base, si tú echabas agua en uno de ellos, el nivel de la misma sería idéntico en todos y cada uno de los recipientes.
Pues bien, vamos a analizar el efecto de la migración (desplazamientos de personas de un continente a otro) bajo el supuesto de que se cumpla, en este caso también, el teorema de los vasos comunicantes.
Con un agravante, que también comentaremos, que a la vez se cumplen las leyes del magnetismo.
En el año 2017 había en el planeta Tierra 7.400 millones de personas.
Todas con dos únicas necesidades básicas, una la de seguir vivos y otra la de disfrutar de los placeres que el sexo conlleva.
Nuestro planeta está dividido en 5 continentes, que vamos a suponer son 5 vasos comunicantes (gracias a las tecnologías del transporte).
Uno es Asia, que tiene 4.400 millones de habitantes.
Otro es África con 1.200 personas.
Le sigue América con 1.000, y Europa con 750.
Cerrando la cuenta Oceanía con sólo 40 millones.
Como por lo visto la misión de las mujeres es seguir pariendo (dado que el sistema capitalista se colapsa si baja el número de consumidores) es evidente que por sentido común, y de supervivencia (no es lo mismo una persona por kilómetro cuadrado que 1.000) se tienen que producir desplazamientos (más o menos en masa) de un continente a otro.
Pero añadamos ahora a eso, el atractivo que generan la zonas del globo terráqueo donde hay más riqueza, y donde sus habitantes viven (mayoritariamente) bien.
Eso nos puede llevar a resumir los 5 vasos comunicantes en sólo 2.
Los países ricos y los países pobres o no ricos.
A China la vamos a meter entre estos últimos para asustarle a usted que les tiene tanta manía por ser su gobierno comunista.
Entonces tenemos, que los países ricos (Los del continente europeo,750 millones, más los de EEUU y Canadá, 450 millones) están habitados por 1.200 millones.
Luego el resto, (7.400 menos 1.200), nos da que nada menos que 6.200 millones de personas (que están sobre la misma nave espacial que nosotros) quieren vivir como nosotros (o en su país o en el nuestro).
Redondeando son 6 los que viven mal por cada uno que vive bien. Un problema tremendo.
Y aunque existe la OTAN que permitiría matar a casi todos los parias de la Tierra (para que no vengan), se trataría de una guerra que no compensa (como ninguna) porque ni es seguro que la ganemos, y porque sería una guerra inmoral para dominar el mundo, digna por tanto de un Hitler (caricatura perfecta, por cierto del capitalismo).
Siendo la salida más adecuada la que pase por, rebajar el número de habitantes mundial, riéndole menos las gracias a las religiones, al tiempo que dejar de darles una importancia que no merecen. A todas.
A su vez hay que ir apartándose del capitalismo como sistema económico que necesita guerras y consumidores en número siempre creciente.
Y por último, permitir el tránsito libre de personas si lo hay de capitales; a la vez que se aplican políticas de solidaridad entre países, en vez de hostigamiento y explotación.
Paco Molina. 23 de Agosto del 2018
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