PARAFERNALIA
Tras el rotundo éxito de crítica y público (y euros) de la representación de la Pasión del Señor, vulgo Semana Santa, año tras año a lo largo de las calles de la ciudad, el Ayuntamiento de Zamora planea otras representaciones de hechos históricos, con el fin de conseguir 70 veces 7 Semanas de Atracción Turística (y resurrección de la economía, al hacer caja).
Todo muy espiritual. Esa multiplicación de semanas, si no santas, al menos divinas (para la hostelería, y por ende para la economía local) se va a englobar con el nombre de Medievalia.
La parafernalia de Medievalia al parecer va a consistir en representaciones vivas de hechos memorables de nuestra gloriosa historia.
Ya se hizo un ensayo, con torneo y todo, sobre el lavado del honor de la ciudad "a cargo de los hijos de Arias Gonzalo" (el del Parador).
Con el ánimo de contribuir al engrandecimiento de los bolsillos de todos los ciudadanos, voy a dar una idea y a quitar otra.
La idea que se da es esta: Como se sabe a Isabel la Católica la van a hacer Santa (;,que reina no es una santa?, si hasta la de ahora lo es).
Como se sigue sabiendo (y si no a repasar) la bandera de Zamora tiene 8 franjas rajas, que son los 8 fajines que Viriato recibió de los 8 procónsules romanos a los que venció.
Franjas que colocó en su lanza y así sin saberlo inventó la Seña Bermeja de Zamora.
Esta bandera roja fue nuestro estandarte durante 10 siglos (y ahora el PP tiene mayoría absoluta), qué ironía para los de izquierdas.
Pero ahora viene lo emocionante: La franja verde se la quitó de la cintura Fernando el Católico a su señora para premiar a Zamora por lo mucho que le ayudó a conservar una herencia.
Como el rey (como buen Rey) era un chulo añadió el fajín en la bandera roja colocándolo arriba y no abajo.
Dado que la mujer del Católico era Isabel, la también Católica (de ahí lo de tanto monta- monta tanto Isabel como Fernando) pues resulta entonces que la banda verde de nuestra bandera es la faja de una Santa y por tanto santa la faja.
Ante esto, hasta el Patronato de Turismo seguro que es capaz de convertir Medievalia en caja registradora (de euros).
Sin embargo "como digo una cosa digo la otra". Y desaconsejo rotundamente la escenificación de "El Motín de la Trucha".
Y ello por el tema, que es harto subversivo.
Resulta que dicho motín proviene del descontento que iban acumulando burgueses, profesionales artesanos y clases medias emergentes contra la nobleza.
Eran tiempos de transito y los "hijosdalgo" de la ciudad, en vez de adaptarse, pretendían conservar sus privilegios.
Entre otros la memez (y abuso) de que les reservaran las mejores piezas del mercado hasta que ellos —o sus servidores— fueran a comprar.
Como una vez pasó la hora de la reserva de truchas buenas y la mejor se la llevó un no-noble, empezó una discusión que fue creciendo hasta que estalló un motín tan violento que volaron las hostias.
Perdonen la aparente indelicadeza, pero es que en efecto, los nobles, asustados, se cobijaron en la iglesia de Santa María la Nueva y el pueblo, exaltados los ánimos, prendió fuego a la ermita dando pie a que las Hostias consagradas salieran volando por el campanario para no arder.
Este episodio de nuestra agitada historia no debe representarse, y no sólo por la dificultad de reproducir lo dicho, sino porque puede que por lo bajo la gente esté más cabreada de lo que parece y pudieran "saltar los plomos" por un quítame allá ese enchufe, o esa revalida o lo que es peor, esa diversión y... el Motín del Botellón.
FRANCISCO MOLINA. La Opinión de Zamora. Imperecedero