¡AVE! GUAPA
TRAS el "Ave Cesar. los que van a morir te saludan” parece que la ciencia va a dejar las cosas claras y habrá que entonar, con más menos alegría, el “ave guapa, los que van a morir te saludan”
El titular de prensa dice así: «Las relaciones sexuales en semigravedad envejecen y acortan la vida de los machos, mientras que esos efectos no se producen en las hembras..... cuando se utiliza más oxígeno del normal se genera una mayor cantidad de radicales libres y por tanto un mayor deterioro del organismo….. en el futuro estas investigaciones podrán extrapolarse a los hombres, ya que no parece que haya mucha diferencia entre el envejecimiento de los insectos y los humanos...”.
Quede pues claro, de entrada y sin lugar a dudas, de que a pesar de esos gritos femeninos de “me muero”, “me matas”, “no puedo mas”, y otras de semejante talante, aquí (en el amor) el que se muere de verdad es el hombre.
“Ave guapa, el que va a morir te saluda”.
Con esa frase habría de empezar cada abrazo de pasión y luego….. que Dios nos coja confesados.
Pero aparte de esto, puede que con ello se expliquen muchas cosas.
¿¿Surgió el machismo como un acto de defensa propia?
¿Será la mujer, sin saberlo, una mantis religiosa en diferido?
¿O por lo contrario, no puede ocurrir que la esposa, intuyendo que se le va a quedar el macho en la cuneta a las primeras de cambio, es por lo que trabaja tanto en la casa, para evitarle a su compa el derrumbe prematuro?
¿No les vendrá a los curas su superior conocimiento de que consumen mas oxígeno y de ahí la razón del celibato?.
Como se ve, los campos se abren ante el mundo de las elucubraciones, las teorías y las tesis, son infinitos.
Déjense varias de ellas para el año que viene o para el intelectual que va, y medítese ahora ante el hecho.
Conclusión primera: El hombre “mata a disgustos a la mujer” para equilibrar el hecho de que ésta a él le “mata a gustos”.
Conclusión segunda: Donde hay que dar la talla es en la cama y no en la mili, puesto que también en aquella se va a morir “envuelto por el enemigo".
Conclusión tercera: La mujer inventó el abanico, porque siempre intuyó que a su macho le faltaba aire.
Conclusión cuarta: El Ministerio de Sanidad, en aras de la salud pública, debe hacer obligatorio que en los doseles de todas las camas ponga: “Se advierte al macho que hacer el amor envejece”.
Conclusión quinta: A su vez en las cajas de preservativos constara la leyenda: “Te lo pongas como te lo pongas y te lo ponga quien te lo ponga, envejecerás”.
Conclusión sexta: ¿la sexta? ¿el sexto? No fornicar.
O que por envejecer antes adelanten la edad de jubilación de los machos
FRANCISCO MOLINA. El Correo de Zamora. 19 de Diciembre de 1990. Imperecedero
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