MUJERES ABOCADAS
Tenían gracia aquellos anuncios de la radio que anunciaban la venta de, por ejemplo, 300 ovejas, 25 de ellas abocadas.
Parece ser que si estaban abocadas quería decir que gozaban de un feliz embarazo, y que por tanto se iban a desdoblar, creando así más riqueza para el comprador.
Parece ser que los genios que nos gobiernan han decretado que Castilla y León está enferma, que la enfermedad es su despoblamiento, y que la medicina adecuada son las "mujeres abocadas".
Los que todo lo saben han razonado todo lo que han podido, eso sí, por Nuestro Bien, y han llegado a esta maravillosa conclusión:
I. Que Castilla y León cada vez tiene menos habitantes.
2. Que eso es porque la gente en edad de trabajar se va de aquí, porque aquí no encuentran ocupación y también porque cada vez nacen menos castellano-leoneses que los que se mueren.
3. Y que como no saben cómo crear puestos de trabajo (sin repartir el trabajo) que entonces hay que poner a parir a las mujeres.
Como al parecer es una tragedia que nuestra bonita región se convierta en un Asilo de Ancianos démosle la vuelta y troquémosla en una Guardería (cuando tan improductivo se es, en años, desde los 65 hasta el final como desde que se nace hasta que se acaba de estudiar).
Tomada la decisión de fomentar el "creced y multiplicaos”, la duda que les surge a nuestros cabezas pensantes es el por qué no paren las mujeres, con lo que les gusta:
Y después de meditar un poco van y paren ellos su pensamiento:
“Las mujeres no se encintan más porque no tienen dinero, que si NO”.
En consecuencia se inventa un Plan de Fomento de la Natalidad basado en considerar a la mujer un objeto.
Pero no el pecaminoso “oscuro objeto de deseo”, sino el más productivo e industrial de "fabrica desengrasada de bebes".
Ellos, los que mandan, las engrasan con euros.
Vaya por Dios. Resulta que antes los egoístas éramos los hombres, y ahora nuestros próceres han descubierto que tanto o más egoístas son las mujeres, que se niegan a tener hijos porque no tienen dinero, poniendo así en peligro a la patria por cuatro perras.
Cualquier mujer lo sabe ¡las mujeres lloran mucho!.
Y ¿por qué lloran?
Elemental, porque quieren tener más hijos para el desarrollo del país y no pueden por falta de ayudas.
Ese es el motivo del llanto: lo de que les pega el cónyuge, o que les pone los cuernos, o que no se sienten queridas y bien queridas, o que están agobiadas de responsabilidades, o que no ven felices a sus hijos, o porque se sienten poco agraciadas, o por algo que no saben lo que es, etc. etc.; ¿Eso?, eso son cosas de fotonovela.
Por lo que sufre en silencio una mujer es porque querría tener un hijo al año pero no tiene dinero (de hecho todas las millonarias ahí están, pare que te pare sin parar).
A todo esto, el problema mundial, con 7.000 millones de personas, es que nacen demasiados bebes.
Es decir, nuestros gobernantes han deducido que Castilla y León está en otra galaxia y que si en el planeta Tierra hay un problema de sobrepoblación, en nuestra autonomía existe el contrario por arte de birlibirloque.
Y geniales como son, van y tientan a las mujeres a dejarse embarazar con sabrosas ayudas de 100.000 pesetas (600 euros) por el primer querubín, 200.000 (1.200 €) por la parejita y 300.000 (1.800 €) por el tercerito.
Con estas tentaciones, si no hay alguna que no le de alegría a su cuerpo Macarena, desde esta misma tarde, es que se trata de una traidora a la patria y debe ser condenada al embarazo in-vitro.
Todo menos abrir las fronteras y que vengan los que huyen de otros países.
Para nuestros padres de la patria “no viene a cuento, recordar que los animales se embarazan sin querer, porque al llegarles el celo se calientan, y luego la naturaleza les engaña porque ha dispuesto los órganos reproductivos y los placenteros tan cerca que el engaño cae de cajón.
Tampoco viene a cuento recordarles que el ser humano, una vez que descubrió la trampa citada, no va a tener hijos por instinto y si sólo por cuestión cultural (¡qué ilusión me hace!).
Ellos que saben todo dicen: que Lo que hay que decir es que lo que les va a las hembras es el parir por el parir, criar, educar y llenarse de responsabilidades.
Y la prueba es que hasta las adolescentes no se pueden aguantar las ganas de ser embarazadas y a veces se embarazan hasta sin querer.
¿Hay mayor prueba del instinto de maternidad?
¡Qué parida!
Francisco Molina. Publicado en La Opinión de Zamora hacia el 2004