lunes, 24 de febrero de 2020

ABDICAR


ABDICAR

Si usted no sabe de qué equipo de fútbol es fan el Rey es porque el Rcy sabe que no debe decirlo. Si dijera que es del Barcelona (por ejemplo) se granjearía las antipatías de los contrarios y eso no sería positivo ni para la institución ni para el ambiente general.

Antes de este siglo los monarcas lo eran (nos decían) "por la gracia de Dios" y en consecuencia podían hacer lo que les diera la gana.

Hoy las monarquías que persisten lo hacen a costa de saber que las obligaciones del Rey son: ser simpático y ser neutral, dentro de la democracia.

Esto en cuanto al Rey. En cuanto al Pacto Constitucional, que es el otro tema que ha tocado Julio Anguita, muy resumido quiere decir que las reglas del juego son esas (la Constitución) y el que quiera ganar la partida ya sabe a qué atenerse.

En plena partida surgen tres cuestiones de una gran trascendencia:

Primera: la de si compensa entrar en un ejército de países ricos (la OTAN).

Segunda: la duda de si compensa entrar en Maastricht con la lengua económica fuera,

y tercera: si debe hacerse justicia en la cuestión de la corrupción, de los crímenes de Estado y de los papeles del Cesid.

A todo esto el Rey dice que viva la OTAN, que viva Maastricht y que viva la Virgen, y en lo de crimen-corrupción y chantajes telefónicos, que se haga la vista gorda (es un secreto a voces que el ministro de Defensa de Aznar lo puso el Rey para que las cosas ocurrieran como están ocurriendo).

Dice entonces Anguita (con otras palabras).

Pase que no se cumplan aspectos de la Constitución que son difíciles de alcanzar, como que todo el mundo tenga derecho al trabajo, etc.

Pase que tanto PSOE, como PP, con Pujol de monaguillo ambos, apliquen una política que se aleja de la Constitución porque eso es discutible;

Pero que el Rey no debe apostar por caminos políticos, como ha apostado en favor de la OTAN y de Maastricht, si se puede cumplir y no se cumple.

Lo mismo que se puede cumplir, y se trata de que no se cumpla, uno de los principios fundamentales de la Constitución, el que dice que todos los españoles somos iguales ante la ley.

Esto si se puede cumplir y resulta que el Rey se une a los que quieren que no se cumpla.

Y eso ya no sólo es no respetar la Constitución (y por tanto no cumplir las reglas del juego) eso es pitorrearse de ella, y en ese plan cierta izquierda dejará de jugar con unas reglas que nadie respeta y empezará a pedir (democráticamente) república (o sea que no hay amenaza).

Más razonable imposible. Incluso eso es obligatorio, porque dice un consejo del ajedrez, si te atacan en un flanco ataca tú en el otro.

Y no cabe duda de que el ataque contra las clases trabajadoras es de un calibre sin precedentes tanto en lo económico, como en lo social y como en el único consuelo del pueblo, el que haya justicia, el que se haga justicia.

Atacado pues el pueblo en ese flanco, Anguita como líder obrero, debe iniciar una ofensiva en otro costado (siempre que sea justo, y este lo es) por eso cuestiona la monarquía.

Y la cuestiona desde el máximo respeto al Rey, porque para no mencionar la monarquía y la república podía haber pedido simplemente que el Rey abdicara (es decir que dimitiera) en favor de su hijo.

Así nadie le habría acusado de no respetar el Pacto Constitucional (seguiría siendo monárquico).

Aunque usted tal vez esté pensando que eso crearía mas inestabilidad, en cuyo caso usted está comprobando que no es más estable y segura la monarquía que la república.

Porque lo cierto es que lo que está haciendo el Rey es muy grave. Para ver la magnitud de la gravedad imagine que el Rey hubiera dicho exactamente lo contrario.

Que hubiera dicho que un país pacifista no debe estar en la OTAN, que hubiera dicho que Maastricht es el timo del capital y que hubiera dicho que los que a él le han espiado por teléfono deberían acabar su vida en la cárcel.

¿Cree usted que sería grave? No le quepa duda, es mas, si el Rey hubiera dicho eso, los que hoy le defienden exacerbados (el Poder) estarían pensando como terminar con su mandato (los reyes les parecen buenos si les son útiles).

Además, no sólo el Rey no debe pronunciarse sobre ciertos temas, sino que teniendo en cuenta que fue espiado por teléfono pudiera ser que esté siendo sometido a chantaje y que incluso el pobre no esté diciendo ni lo que piensa.

A Anguita no se le ha atacado con saña porque esté en otro mundo, se le trata de demonizar porque está en éste y ha puesto el dedo en la llaga.

Por cierto, que los que le han defendido en su derecho a opinar, al final trataban de salvarse de la quema diciendo que en lo que se equivocaba Anguita es en poner este tema sobre la mesa cuando el problema de los españoles es otro, como por ejemplo el paro.

Tampoco en eso se equivocó Anguita, nueve de cada diez monarquías son conservadoras y se las saca a pasear (con su poder de influencia) cuando hay que defender a los poderosos contra los débiles, que siempre sueñan con que haya justicia y un puesto de trabajo para todo y todas.


FRANCISCO MOLINA. La Opinión de Zamora. 28 de Septiembre de 1996. Imperecedero

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