ZAMORA RESUCITADA
EN realidad cada persona debería recibir varios sueldos.
El primero sería el que le darían en metálico por hacer un trabajo.
El segundo seria el salario social, que se recibiría a través del Estado, el cual garantizaría la Sanidad, la Educación y las Pensiones en niveles de dignidad elevados y con carácter público o social.
El tercer sueldo lo recibes a través de la ciudad en que vives; esa ciudad no es otra cosa que "las afueras" de tu propia casa, es el conjunto de habitaciones sin paredes de tu hogar.
Habría un cuarto sueldo, al que todos también deberían tener derecho. Ese salario seria la felicidad. Pero, en fin, éste, se lo tiene que buscar cada uno y cada una por su cuenta haciendo horas extras.
Son los otros tres los que tiene que ofrecer la sociedad a cualquiera de sus miembros, y son por tanto sueldos que dependen del buen quehacer de los políticos y que el ciudadano debe exigir sin miramientos.
Para quienes viven en Zamora la sensación es la de que este tercer sueldo (el que recibes a través de la ciudad) es un sueldo demasiado pobre, es un sueldo empobrecido por una pésima gestión municipal, que no supo utilizar la democracia para dar un vuelco a las prácticas viciadas de siempre en una Zamora "encacicada" desde tiempo inmemorial.
Se puede decir que en Zamora, el sueldo-ciudadano lo tenemos congelado, cuando no menguado, desde hace cuatro legislaturas.
Piénsese si no, en lo que sería hoy una ciudad así:
Valorio: Pulmón de oxigeno de la ciulad. Bosque de sombra, recreo y reposo.
Río Duero: Refrescantes paseos verdes en ambas orillas y un paseo fluvial sencillo en la zona de piedra.
Casco antiguo: Coqueto en su semblante. Limpio en sus calles. Mimado en armonía urbana. Así se potenciaría solo, como ocurre en otras ciudades del mundo y no prostituyéndolo con negocios inmobiliarios.
Parques: Cada barrio tendría su zona verde; pero sobre todo resulta lamentable que donde hoy está el campo de fútbol nuevo (entre dos centros educativos: el de primaria Sancho II y el de secundaria de La Vaguada) no haya un gran parque urbano, que se remataria con un auditorium en las laderas geológicas que bajan de San José Obrero.
Tal parque se uniría con las instalaciones comunitarias que irán en el matadero viejo.
Perímetro: La ciudad contaría con una circunvalación por el Este. En la parte exterior de ésta habría terrenos industriales y en ellos irían las Grandes Superficies Comerciales. Cardenal Cisneros seria un bulevar arbolado y con paseo central, que subiría desde el rio para acabar en un parque en Pantoja, desde el cual se descendería por escalinatas a la carretera de la Estación.
Calles: En esta idea global de la ciudad, solo faltarían calles que estructuraran los espacios entre los barrios de San Blas-Peña Trevinca y Alviar. Para ello bastaría una parrilla (por la forma que tendrían) de calles, de las cuales al menos una, cruzaría de Norte a Sur, describiendo algo análogo (nunca igual pues no sería carretera) al tramo de Cardenal Cisneros que hoy pasa frente a Eroski.
Los barrios de La Villarina, La Alberca y El Arena, quedarían así mejor comunicados e integrados con el centro de la ciudad, al tener la circunvalación como acceso, además de las calles.
Todo esto no hubiera sido mas caro que los miles de millones que se llevan gastados en un diseño que podríamos calificar como "una birria".
Y es que el problema de Zamora está en que se muere en manos de unos políticos que son unos vivos.
La Zamora que muchos soñamos la han matado, pero vamos a seguir luchando para que resucite, y lucharemos siempre, hasta en la tumba.
Ganaremos la batalla aunque sea después de "muertos".
FRANCISCO MOLINA (*) Concejal de IU. La Opinión de Zamora. 13 de Septiembre de 1994. Una ciudad frustrada