TIEMPO MUERTO
Hay una moda modosita que pretende que en «período electoral» no se puede hacer nada bueno porque se peca de electoralismo.
Recuerda esto análoga leyenda que se le aplicaba a las mujeres: no hagáis nada «bueno» durante el «período», que eso es «malo».
Pero..., ¿es que se pueden paralizar las sociedades, sin dejarles hacer cosas buenas a quienes corresponde por estar en elecciones? ¿No es acaso, y precisamente, en esa época cuando se deben hacer el mayor número de cosas, ya que entonces todas serán buenas por la cuenta que les tiene a los partidos? ¿Por qué sólo se pueden hacer cosas malas en período electoral para no ser electoralista?
Y es que en Zamora han ocurrido dos cosazas que han sido tratadas con esa moral de los que mandan. Según ellos, era tiempo muerto.
Una. La Universidad de Salamanca suprime el primer curso de los estudios de Geografía e Historia por un lado y de Filología por otro.
Ante esto surge una comisión zamorana y convoca un acto para presionar / ablandar / convencer al rector. No aparecieron ni los tres senadores, ni los tres diputados (PP-PSOE) en los que la población confió para defender sus intereses.
Ni el alcalde (PP): sí el presidente de la Diputación (PP), aunque éste para sentarse a la vera del dios-extranjero.
¿Fue alguien representando a los grupos políticos gordos? Ni uno.
Sólo fueron los de IU, y se adhirieron PREPAL y CDS.
Solución, los de Izquierda Unida son unos electoralistas y los que tenían obligaciones pagadas no fueron para no serlo.
Gracioso.
Dos. Por fin se hace una auditoria en el Ayuntamiento de Zamora (¿por qué no otra en la Diputación?).
Así se entera la ciudad de que entre 1983-87 (PSOE) la deuda ha llegado a cerca de tres mil millones de pesetas (3.000.000.000).
Por sacar la información en estas fechas al alcalde se le ha llamado (por parte de los endeudadores) «ruin, marrano y bellaco».
Que este alcalde es bastante ineficaz como tal, lo sabe todo el mundo y se ha dicho en esta Lusitania Oriental: pero nadie, por incompetente que sea (políticamente), lo es al cien por ciento y resulta que esta vez acierta.
Y acierta contándoles de una vez por todas al conjunto social el agujero negro en el que le ha metido una gestión anterior de derroche y sin sentido.
Ahora el PSOE se defiende refutando algún dato, pero lo evidente es que el anterior alcalde no quiso volver a serlo (el CDS le apoyaba) porque sabía que sin mayoría absoluta aquello ya no era Jauja e incluso ocurría lo contrario, que el sillón de la Alcaldía se había convertido en una silla eléctrica.
FRANCISCO MOLINA. Publicado en el Norte de Castilla el 30 de Octubre de 1989
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